Y si, aunque moleste, suene feo o muchas rezonguen. La única razón que encuentro para entender por qué subsisten los machistas, es que las madres lo son.
Pero primero observemos actitudes que reflejan el espíritu machista, aún en aquellos que aseguran no serlo. Algunas situaciones típicas.
Si el hombre con quien estás sentada a la mesa, en una cena ni romántica, ni especial, una cena cotidiana, tiene frente a el la botella de jugo / agua/ gaseosa/vino, y te pide que le sirvas-……. Estás frente a un machista.
Si ambos llegan de trabajar, y el se tira frente al televisor y te dice "vendrían bien unos mates, no?"……… estás frente a un machista..
Una variante de esta situación es cuando el hombre de la casa llega al hogar, despues de una jornada de trabajo y te pide: "no me cuentes nada, no sabés el día que tuve hoy".
Ahora si se apaga el termotanque, por la razón que sea y se escucha a la mujer de la casa decir : “esperá a papá”….. ahí estamos frente a una mujer machista.
También en la calle puede pasar que un conductor maneje haga una maniobra equivocada, y te obligue a una frenada. Lo más probable es que te griten a vos por frenar de golpe y no al tipo que conduce en zig zag.
Hablar del machismo en ambientes laborales tiene tantas versiones como actividades existen.
La típica es el jefe que te provoca en voz baja (provoca en el mejor sentido de la palabra, como cuando te acusan de una falta que no cometiste) y cuando logra sacarte de tus casillas, dice: "mujer tenías que ser, con vos no se puede hablar".
También están los jefes que prefieren gritarte aunque vos les estés dando la razón, sólo para dejar en claro ante todos quien es la autoridad. Pero en esos casos, no sólo son machistas sino imbéciles inseguros.
Machistas son los dirigentes que agradecen la presencia de los "empresarios y sus esposas", sin tener en cuenta que en muchos casos es exactamente al revés, y los que utilizan el “todos y todas” sin convicción, sólo como una formalidad.
Machistas son los mensajes publicitarios que promueven el uso de un perfume para que las mujeres se saquen los pelos por un mismo hombre, o los que sugieren que las mujeres bellas, aunque usted no lo crea, pueden ser seres pensantes.
Machistas son las mujeres que no se esfuerzan en el trabajo y critican el avance de sus pares varones.
Pero este machismo se “mama” de una mujer.
Tu hijo empieza su etapa escolar, tiene dos o tres años y se encuentra con pares, varones y mujeres de su misma edad. Un día sale compungido y cuando te vé, se quiebra y larga el llanto.
Primer impulso, abrazarlo y consolarlo.
Si el segundo es decirle que "no seas maricon que todos te están mirando", Ay cariño. Estas criando un machista.
No se te ocurre pensar que esas lágrimas auténticas, que expresan una debilidad, un temor, una angustia, generadas por una situación que para vos puede ser una pavada pero en su mundo de 2 o 3 años de vida es algo inmenso?.
Agradezcan las lágrimas de los niños, que si hoy no temen llorar, mañana no temerán expresar sus sentimientos.
Otro caso: - El chico sale del colegio con un moretón en el ojo. Decididamente enfrenta una situación complicada con algún compañero/a. Qué hacer?.
Actitud 1.- Comprarle casco y chaleco para protegerlo de los golpes, aunque le inhabilite los movimientos. Además de darle un silbato para llamar a la maestra cuando se sienta en peligro o un celular para avisarle a mamá. Es lo mismo.
actitud 2.- Comprar un bolsa de box y entrenarlo para que sea el más fuerte y agresivo de sus compañeros.
Actitud 3.- Promover la defensa. Primero que advierta "no me molestes". Que aprenda a contar hasta tres antes de reaccionar físicamente. Y que descubra el valor de correrse de lugar cunado te largan un golpe. Nada más divertido y gratificante que ver caer a tu agresor porque siguió de largo y no encontro tu cuerpo para frenarse.
Te puede sorprender como los chicos, tan pequeños, pueden aprender a usar la palabra antes que puño.
Las actitudes uno y dos, son sin dudas las más fáciles de implementar. Pero, aunque no me creas. Estas criando un machista.
Situación 3.- y esta es de manual. Tu hijo varón cursa los grados primarios y llega a casa con una sanción por “treparse a la reja”. Se trata de un jovencito que no suele tener este tipo de actitudes por lo cual vos, como madre moderna y superada que sos, le preguntas: por qué?
Y la respuesta te sacude los intestinos…. “porque Fulana me dijo que si era macho que me trepe a la reja”….
El primer pensamiento que te viene al a cabeza es “mi hijo es un pollerudo” y quizas tengas razón…. Pero ese pensamiento surge de una madre machista, qué exteriorizar es la cuestión.
“Y si Fulana te dice que le pegues al profesor, o que te tires bajo un auto, vos lo vas a hacer?”…… y así dejás a una criatura sin capacidad de resolver la cuestión, porque al fin y al cabo sus hormonas le indicaron que no podía permitir que su nombre cayera por el piso, aún sabiendo que el pedido de Fulana le iba a traer consecuencias----
Situación 3.- El niño ya creció y definitivamente el deporte no es su fuerte. Una respeta los mandatos ancestrales y sabe en esta etapa de crecimiento es importante que haga alguna actividad física.
Pero resulta que vas a verlo a un partido de fútbol y descubrís que tu hijo circula por la cancha caminando tranquilo y con las manos en los bolsillos evitando el encuentro con el balón.
Definitivamente, el futbol no es lo suyo.
Reacciones posibles:
Actitud 1.- A los gritos desde el borde la cancha. "pero corre, zapallo, que hacés con las manos en los bolsillos, no ves que te pasan todos como un poste. Sos una planta, cortá las raices! Pecho frío!”, y otra sarta de barbaridades que se escuchan en las tribuna futboleras.
Esta actitud vale tanto para padres como para madres, anque algún tío desorientado.
Actitud 2.- Al término de la práctica, le comentás. "sabés que en el otro club hay clases de basquet?".
O sea, le proponés que vea otros deportes, en equipo, o individuales, pero que le resulten atractivos, sin hacerle sentir que "el fulbo es lo maasssssss, la pelota no se mancha" y todas esas cosas...
Otra situación. Una conversación escuchada al pasar en el templo femenino, la peluquería. La sujeto A tiene dos hijos varones, y la sujeto B tiene un hijo varón y una hija mujer.
Dice B: “Tus chicos son un sol, cuando vienen a casa a almorzar me ayudan a levantar la mesa y hasta se ofrecen para lavar los platos”.
Dice A: “Es que en casa están acostumbrados”
B: “Como hiciste?, a mi hijo no le podés pedir nada, siempre tiene tanta tarea. La nena si, lava los platos, la cocina, el baño y ahora empezó a cocinar. Protesta, pero lo hace, porque las mujeres, viste, tiene que saber manejar una casa”.
Okey, señora B está criando a un machista y a una machista que esperará que el varón de la casa siga con su vida mientras ella friega.
Ojo, no estoy en contra de que desde chico uno aprenda a lavar, limpiar, coser, cocinas y abrir la puerta para ir a jugar. Lo que me preocupa es la cantidad de hogares en dónde estas actividades se les adjudica sólo a las mujeres. En lugar de hacer de la limpieza un trabajo en equipo.
Machista yo? Y no se, a veces se me escapa la matriz. Porque nada de lo que comenté es fruto de mi imaginación. Cada caso es un situación vivida y observada por mi. Porque nadie tiene el manual de la perfección, pero antes de criticar al otro no viene mal mirar un poco hacia adentro… No?