A nadie le gustan los aumentos. ¡!!
Las empresas MoviStar y Personal notificaron aumentos en los precios del minutos de comunicación tanto para los contratos con abono como para los planes prepagos o con tarjeta.
El anuncio de los aumentos se concreta días después de que ambas compañías notificaban las ganancias obtenidas en el primer semestre de este año al mercado de valores.
Las dos empresas que anunciaron aumentos en los precios de la telefonía móvil pertenecen a los grupos que brindan el servicio de telefonía fija, sector en el que no pueden aplicar aumentos si no media una autorización del Gobierno,
La diferencia es que la telefonía fija es un servicio público, como lo son la luz, el gas y el agua. Y la móvil no es un servicio público es un servicio más que no se considera imprescindible. En ese sentido la telefonía móvil es igual a la medicina prepaga, al colegio privado, o la cuota social de un club deportivo.
También es cierto que a diferencia de los otros servicios no imprescindibles, la telefonía móvil logró llegar aún a los grupos sociales con menos recursos.
La competencia en este sector es tan fuerte que hasta hace pocos años las empresas competían desaforadamente por cantidad de clientes, con subsidios sobre el precio de los equipos, de los teléfonos, que superaban el 60%. La estrategia era sumar clientes, aunque el ingreso que cada uno generaba en promedio era demasiado bajo.
Así se formó una base de usuarios de telefonía móvil que en más de un 70% corresponde a usuarios con tarjeta, incluyendo a los planes mixtos de abono más tarjeta.
Habiendo superado el 100% de clientela, las empresas fueron sumando servicios a fin de que cada cliente gaste más. La tecnología avanzó y hoy por hoy el 40% de los ingresos de estas operadoras no viene de las llamadas sino de los servicios de datos: mensajes de texto, navegación en Internet, correo electrónico, participación en redes sociales, etc.
Las empresas no pueden sumar ya más clientes, porque aún los bebés no pueden usar un teléfono, pero si pueden lograr a través de los servicios que cada uno de esos clientes gaste más. No son fundaciones sin fines de lucro, sino empresas que deben reportar ganancias para a su vez financiar las inversiones que mejoren la capacidad de la red y la cobertura para sostener los servicios que les dan dinero.
Qué pueden hacer los consumidores? Simplemente ser más razonables al momento de contratar el servicio. Si van a adquirir un plan con abono, tengan en cuentan la cantidad de mensajes, las horas de navegación y los minutos para llamadas y vean si cubre sus necesidades.
Si tienen planes con tarjeta, ya saben de entrada que deberán ser sumamente cuidadosos con los tiempos, porque es demasiado difícil para el prepago poder saber realmente cuanto gasta en cada comunicación.
He visto a mucha gente emocionada por haber podido adquirir equipos que les permiten navegar en Internet, estar conectados todo el día, sin detenerse a pensar un minuto si esas propuestas son necesarias para su vida cotidiana,
Tal vez sea tiempo de que los consumidores, sean más “serios” y no se dejen tentar tan fácilmente por promociones, pagos en cuotas, y pensar en las compras de acuerdo a su realidad y no de acuerdo a las necesidades que inventan los vendedores.
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